INSTALACION "LAS MENSAJERAS SOLITARIAS"
Jardín Botánico Histórico La Concepción de Málaga.
EL MUNDO julio 2012

LA OPINION de MALAGA
Mensajera "in memoriam"
EXPOSICIÓN: "LAS MENSAJERAS SOLITARIAS"
Revista del Jardín Botánico.
Después de dos años de recolección, la artista Charo Carrera, nos ha mostrado su instalación “las mensajeras solitarias” en el conocido por todos nosotros Cenador de las glicinas, marco incomparable que ha albergado por unos días su bosque colgante de palmeras. Hojas de palmeras que ha ido recogiendo en sus innumerables paseos por el Jardín, una a una, interpretadas y trabajadas en su estudio con los diferentes materiales que siempre la acompañan en su tarea artística, ya sea pintura, escultu- ra, dibujo o fotografía: hilos, cuerdas, metales, pigmentos, clavos, telas, collages, escayolas, arenas, terciopelos, poemas, tatuajes..... Y así las devuelve a la Naturaleza y a su punto de partida, convertidas en un conjunto de mensajes que resumen su concepción del arte y de la existencia y en las que se sugieren cuestiones que nos atañen a todos, que nos preocupan y nos invaden en este mundo superficial que nos ha tocado vivir. Nos habla de la necesidad de volver a sentirnos parte de la naturaleza, como tabla de salvación; de sentirnos la hoja que se mece con el viento.
Una instalación que el espectador ha podido recorrer pausadamente, inmerso en el sonido del Jardín, para contemplar y descubrir cada uno de los mensajes que nos ha pro- puesto. Una instalación cambiante con las horas del día, que ha dialogado con las luces y sombras de su entorno, que ha jugado con los abejorros, las ardillas y el viento y en cuyos huecos han encontrado las arañas el lugar ideal para sus propias creaciones.
“Las mensajeras solitarias” de Charo Carrera volvieron, por unos días, a su origen, a su hogar. Y fue, entonces, una perfecta comunión entre lo vegetal y el arte contemporáneo.
Un acto de agradecimiento de la artista a la propia naturaleza.
Después de dos años de recolección, la artista Charo Carrera, nos ha mostrado su instalación “las mensajeras solitarias” en el conocido por todos nosotros Cenador de las glicinas, marco incomparable que ha albergado por unos días su bosque colgante de palmeras. Hojas de palmeras que ha ido recogiendo en sus innumerables paseos por el Jardín, una a una, interpretadas y trabajadas en su estudio con los diferentes materiales que siempre la acompañan en su tarea artística, ya sea pintura, escultu- ra, dibujo o fotografía: hilos, cuerdas, metales, pigmentos, clavos, telas, collages, escayolas, arenas, terciopelos, poemas, tatuajes..... Y así las devuelve a la Naturaleza y a su punto de partida, convertidas en un conjunto de mensajes que resumen su concepción del arte y de la existencia y en las que se sugieren cuestiones que nos atañen a todos, que nos preocupan y nos invaden en este mundo superficial que nos ha tocado vivir. Nos habla de la necesidad de volver a sentirnos parte de la naturaleza, como tabla de salvación; de sentirnos la hoja que se mece con el viento.
Una instalación que el espectador ha podido recorrer pausadamente, inmerso en el sonido del Jardín, para contemplar y descubrir cada uno de los mensajes que nos ha pro- puesto. Una instalación cambiante con las horas del día, que ha dialogado con las luces y sombras de su entorno, que ha jugado con los abejorros, las ardillas y el viento y en cuyos huecos han encontrado las arañas el lugar ideal para sus propias creaciones.
“Las mensajeras solitarias” de Charo Carrera volvieron, por unos días, a su origen, a su hogar. Y fue, entonces, una perfecta comunión entre lo vegetal y el arte contemporáneo.
Un acto de agradecimiento de la artista a la propia naturaleza.
Artículo publicado acerca de “Las mensajeras solitarias”:
El Mundo, 3 agosto 2011. Cristóbal G. Montilla
La opinión de Málaga. 11 julio 2011. Guillermo Busutil.
La opinión de Málaga. 11 julio 2011. Guillermo Busutil.
Charo Carrera